Los mejores vinos no esconden secretos: son un fiel reflejo del lugar del que proceden. Por tanto, su excelencia es consecuencia de la singularidad de su origen. Y Fompedraza, la localidad vecina del Campo de Peñafiel (Valladolid) donde se asienta Pago del Cielo, es un lugar excepcional. Se sitúa a 895 metros sobre el nivel del mar, en las cotas más altas de la D.O. Ribera del Duero, donde las viñas y el cielo estrellado establecen una mágica conexión.